Por
fin! He ido de furanchos!!!!!!!! Para los que no sabéis lo que es ir de
furanchos os lo explico, aunque mi amiga Mariña lo explicaría mejor
que yo. Los furanchos eran casas particulares de la zona de Rías Baixas,
donde te daban el vino casero del año y de paso te ponían algo de
picar. Eso era antes, porque ahora algo de picar se traduce en si una
centollita por aquí, unas ostras por allá, que si me tomo unos
berberechos de la ría acompañando a unas zamburiñas... y todo con un Albariño estupendo! El problema
es que hay que conocer los sitios, porque claro está, no se anuncian y
tienen más de local clandestino que de restaurante de carretera. Así que
guardad el secreto y si tenéis la suerte de conocer a alguien que
conozca alguno, no lo dudéis.
La pena en mi caso es que después del primer furancho, y sobre todo, después de su Albariño, ya no sabría llegar a los otros dos a los que fuimos. Son listos en estos sitios!!! Te emborrachan bien para que luego no puedas ir por tu cuenta.
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